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sábado, 31 de octubre de 2009

Hace unos días escuché una anécdota bastante curiosa acerca de un médico afrodescendiente quien no pudo tratar a su paciente en una sala de emergencias debido a que esta, de manera racista, solicitó que le cambien de médico tratante y le pongan a uno “blanco”, el caso es que ésta señora, también era afrodescendiente; curioso caso que refleja de manera bastante explícita una realidad que vemos cada día, nuestra realidad, la realidad de un país que, a pesar de la gran cantidad de etnias y razas convergentes en aquello que somos, refleja de manera continua, ora clara, ora implícitamente una tendencia a la segregación racial o socioeconómica. Es este racismo manifiesto en nuestra sociedad el que nos impulsó a elegir este tema, para abordarlo no sólo de manera descriptiva sino para analizarlo, cuestionarlo, explicarlo y posteriormente, con fundamentos y experiencia, atacarlo.

Entendamos que el racismo no sólo se da al “cholear”, “negrear” o menospreciar abiertamente a aquél que erróneamente creemos inferior, sino también en omitir, en dejar de lado, en olvidar; tomemos en cuenta ciertas políticas de estado, ciertos planes de gestión gubernamental dirigidas a mejorar la calidad de vida de las élites y sus intereses por una cuestión de “imagen institucional”, tenemos a los anuncios comerciales que, sin que nos demos apenas cuentas, nos dejan de lado a aquellos que formamos la mayoría del país, a los mestizos y sólo incluyen en sus anuncios a aquellos que les darían una “buena imagen” a sus productos, dependiendo también del rango que ocupe el personaje dentro del spot, siendo un blanco impecable aquél que representa a algún gerente de empresa, a un adolescente adinerado o a una familia pudiente y sólo incluyen a los mestizos y demás razas cuando es realmente necesario: vigilantes, delincuentes, vendedores y mendigos. ¿Hay racismo en el Perú? Lo hay, como en todo lado, aunque no de la misma forma, aquí vivimos algo más subrepticio, oculto de la mirada pero que cala hondo, genera autocompasión, insatisfacción y a la larga alienación. Esto explica de manera clara nuestra elección, el dedicar nuestro Blog al análisis de este racismo “a la peruana”, el racismo escondido, el cual se encuentra detrás de los spots publicitarios.

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